22 febrero 2006

Carta a Marta, de la subjetividad realista y algo más...


Estimada Marta

Desde hace tiempo soy fiel oyente del circuito radial al que perteneces, a lo largo del día oigo diversos puntos de vista de varios presentadores y locutores. Últimamente se ha marcado una tendencia en tus comentarios referentes a la oposición venezolana actual y quería comentar un poco al respecto.

Averiguando un poco sobre los dos estilos de democracia más ampliamente conocidos se puede destacar una diferencia, unos quieren participar todos y con eso gestionar el país de acuerdo a sus necesidades (y valores), y otros quieren ser representados por alguien que exponga sus necesidades y sí, también sus valores.

Tenemos en el país excelentes consultoras estadísticas, que podrían realizar una serie de análisis de datos sobre algunas conductas cada vez más cotidianas que ocurren dentro de nuestra sociedad, quiero que usted “pase la lista” conmigo a ver si encontramos que coincidimos en alguna.

Por ser el primero, tal vez decidí que fuera el más obvio: ¿usted ha manejado en Caracas en los últimos años?, somos venezolanos al volante, somos los que manejamos sin respetar las mínimas leyes de tránsito, como una estampida salvaje en cualquier selva.
Los que conducimos a más de 150 a pesar de haber tráfico, me va a decir que no ha visto usted los hombrillos en las autopistas casi indistinguibles entre los canales de circulación normal llenos de vehículos que simplemente quieren pasar por encima de los que respetan las leyes.

¿Quiénes son los que manejan en cualquier estado de intoxicación, ha escuchado alguna vez de alguien que se haya devuelto en taxi por estar muy indispuesto para conducir de vuelta a casa?, ¿quiénes son los que se colean en cualquier cola de la forma más descarada y hasta se enorgullecen de ello?. Los que tienen sus vehículos con accesorios completamente ilegales que no sólo ponen la vida de ellos en riesgo sino que les importa poco la vida de los que están alrededor y que andan sin matrícula de identificación porque “no está a la moda”.

¿Quiénes son los solidarios, los que compran cualquier cosa pirata, música, películas, ropa con tal de ahorrar y sabiendo que destruye los comercios de aquellos compatriotas quienes han emprendido un negocio de forma legal? ¿Los que tienen negocios y se molestan cuando alguien pide factura porque tienen que cumplir con el IVA (y esto tiene más de una década), y los clientes que compran y no les interesa si se está evadiendo o no con tal de ahorrarse algo?

Ha estado usted en cualquier urbanización privada, o en la mayoría de las calles de la ciudad sean cerradas o no? ¿Qué ve en la grama? ¿No son los recuerditos de todos los que tenemos perros? ¿O más bien el recuerdo de que todos tenemos vecinos?. A ver, ¿quiénes somos los que debemos el condominio de varios meses y preferimos comprar un viaje para las fechas de diciembre, o cambiar la camioneta por una mejor? ¿Quiénes son los que hacen una fiesta sin interesarles en lo más mínimo el ruido y otros inconvenientes que puedan causar a su comunidad vecinal? ¿Y quiénes somos los que vamos a esas fiestas?

Ahora Marta, y esta parte es más debatible, pero ¿usted que sabe cuántos vehículos se roban al año en nuestro país, cree que todos están en Colombia?, ¿que están en chatarreras? ¿O que se los quedan los ladrones para estacionarlos en los inexistentes estacionamientos de sus residencias? ¿O será que más de uno es comprado por tal vez un vecino suyo, o mío o hasta con una sorpresa desagradable es de un amigo? ¿Y cuántos no tienen amigos con carros que “es que no le consigue los papeles”?

¿Quiénes somos los que cuando se organizó un movimiento solidario con aquellos despedidos de PDVSA salieron a comprar los regalos de navidad a como diera lugar con un abanico de excusas?.

¿Entonces Marta? ¿Hay solidaridad? ¿O más bien utilizando uno de los adjetivos favoritos del presidente una sociedad individualista salvaje? Entonces, volviendo al comienzo, ¿no sería interesante cruzar los datos de las encuestas/estadísticas y saber qué porcentaje de nosotros está en alguna de las actividades mencionadas anteriormente de entre una lista que cada vez es más amplia y diversa? Nos podríamos llevar una sorpresa anunciada, ¿no cree?

Entonces Marta: ¿es usted demócrata representativa o participativa, o… ?
¿Es un clásico ejemplo de esa balanza oxidada que le cuesta decidir hacia qué lado ir cuando se contrastan la ética con el dinero? ¿Es esto bondadoso? Y si es con la mejor intención del universo, no es ésa la misma intención del Presidente, que por cierto, es inversamente proporcional a los resultados.

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